Ciencia de la palabra hablada

En toda la historia de la humanidad siempre se ha hecho uso de oraciones, a menudo en silencio, para comunicarse con Dios. Pero si realmente queremos promover cambios en nuestras vidas ya sea en lo material como espiritual, el uso de la ciencia de la Palabra hablada es el más poderoso instrumento.

Esta ciencia hace uso de los Decretos Dinámicos, que son combinaciones de las oraciones en voz alta, meditaciones y visualizaciones, es decir son oraciones habladas con fuerza y con gran devoción, haciendo la comunicación con Dios mucho más eficaz.

Dios, cuando en el proceso de creación del universo, utilizó el poder de la Palabra Hablada para materializar su voluntad, tal como se describe en Génesis 1:3, "Y dijo Dios: Sea la luz". E esta forma, los hombres también pueden usar el poder de la vibración que emana del chakra de la garganta (que es el chakra del poder), para contactar con ángeles y seres de luz cuando ellos necesitan ayuda, porque el poder del sonido eleva más rápidamente los pedidos a las esferas superiores, haciendo con ello que puedan ser atendidos de forma más eficiente.

Para esta ciencia traiga resultados reales a su vida, es necesario realizar los decretos con devoción sincera y constante, reservando un horario cada día para hacerlos, en un lugar destinado a tal fin. Sin embargo, cuando sea necesario, se puede hacer en cualquier lugar: al caminar, al hacer las tareas del hogar o incluso al conducir.

¡Experimenta el maravilloso poder de la Palabra hablada!

Echa un vistazo a algunos decretos del rayo azul y el rayo violeta:

Decretos de rayo azul
Decretos de rayo violeta

Nota: Cada rayo tiene una serie de decretos destinados a diferentes situaciones. Los ejemplos anteriores indican solo algunos de ellos.

Decretos

Decretos - El Poder de la Palabra en la solución de los problemas y la elevación del alma.

Según el diccionario decretar significa decidir, declarar, determinar u ordenar; invocar la presencia de Dios, su luz, su poder y protección, pureza y perfección.

Los decretos son oraciones rítmicas que invocan una energía espiritual fuerte. Al repetir estas oraciones se construyen acumulaciones de energía espiritual que se utiliza para producir cambios en nuestras vidas, las vidas de las personas que amamos y la vida en el planeta.

Los decretos se ofrecen como alabanza, en voz alta, el Señor Dios como la "ferviente oración eficaz del justo." Si se hace con alegría y amor, fe y esperanza en la gracia de Dios, el suplicante experimenta la transmutación por el fuego sagrado del Espíritu Santo, por quien todo pecado, la enfermedad y la muerte se consumen. El decreto es una herramienta del alquimista y la técnica de la transmutación y la trascendencia personal y planetaria.

Sin embargo, debemos entender que no tenemos autoridad para regular las energías del cosmos. Por lo tanto, es necesario que hagamos nuestras peticiones en nombre de nuestro Santo Ser Crístico o Santo Ser Crístico de la persona para la cual estamos intercediendo a la vez que invocamos la ayuda de los maestros ascendidos y arcángeles.
Los decretos se componen de tres partes: (1) el preámbulo (2) el cuerpo del decreto y (3) el cierre o sello.

El preámbulo de un decreto que es como el saludo inicial en una carta  - dice a quien se dirige el decreto. Los decretos se hacen en nombre de la Presencia YO SOY y el Santo Ser Crístico. Cuando llamamos a nuestro Ser Superior, que está accediendo a nuestro potencial divino. También puede invocar el Santo Ser Crístico de toda la humanidad para reforzar esta acción.

El cierre del decreto representa nuestra aceptación de que nuestra "carta" fue recibida en el corazón de Dios. El sella la acción de precipitación con que la luz del Espíritu toma forma manera tangible. Es el momento en que anunciamos al universo que el decreto que hicimos se tornará físico en nuestras vidas.

El cierre y el preámbulo son partes extremadamente poderosas del decreto. Es muy importante incluir ambos cuando hacemos nuestros decretos.

El cuerpo del decreto es una fórmula que consiste en declaraciones cuidadosamente escritas que invocan una cualidad espiritual con el fin de lograr un cambio positivo en la persona que está decretando, así como en aquellos por quienes decretamos. Expresa el deseo de la persona de manifestar cada vez más de su divinidad innata al pedir ayuda a su Ser Superior, su propia Presencia YO SOY  y los Maestros Ascendidos. Así, el cuerpo del decreto contiene el comando de la acción de la luz en el mundo. Cuantas más veces se repite, mayor será su efecto y más luz se lanza a realizar la acción solicitada.

"Recuerde que muchas cosas pueden cambiar rápidamente por la alquimia de la oración ferviente. Sus oraciones son una alquimia entre su alma y su Poderosa Presencia YO SOY, intermediados por el Santo Ser Crístico y el Espíritu Santo."

"Así es el decreto Divino y Ciencia de la Palabra Hablada. Y cada vez que os dedicáis a la práctica de la Ciencia de la Palabra Hablada con alegría y amor, enviando vuestros decretos al universo, tiene lugar en vuestro ser una correspondiente alquimia de transformación."

Maestro Ascendido Lanello

Echa un vistazo a algunos decretos del rayo azul y el rayo violeta:

Decretos de rayo azul
Decretos de rayo violeta

Nota: Cada rayo tiene una serie de decretos destinados a diferentes situaciones. Los ejemplos anteriores indican solo algunos de ellos.